Bienvenidos a Alaska!!!

Siguiendo con los relatos compartidos por los lectores del blog, esta vez nos vamos a la lejana Alaska, de la mano de Eduardo Rizzo, que en 2010 llegó hasta allí a la pesca del Halibut.

De aquí en más, su relato y mi agradecimiento:

Eduardo Rizzo en Monte Mc Kinley

Quince años antes de llegar a Alaska había visitado el “Miami International Boat Show”, disfrutaba a cada paso todo lo que la mega-expo me ofrecía. Mi gusto por los botes, los motores y la pesca me ubicaban, ese día, en el mejor lugar del mundo.

Todo iba perfecto, hasta que entré en un sector donde distintas agencias ofrecían tours de pesca a cualquier lugar del mundo y entre ellos, encontré un álbum con las fotos más increíbles sobre la pesca de Halibuts (lenguados gigantes que llegan a pesar 150 kg o más), desde ese momento me fijé como objetivo “el viaje a Alaska”, aunque sea para pescar un solo día.

No fue fácil concretarlo, había que cumplir primero con otros viajes programados, mis hijas eran chicas, cambiamos el auto, hubieron épocas de poco trabajo, y lo peor… no encontraba quien me acompañe, por lo general la gente piensa que todo ese territorio está congelado, que hace frío todo el año, que es una zona difícil, te dicen ¿para qué querés ir a Alaska?

Recién 15 años más tarde, en 2010, pude cumplir mi sueño, un viaje de un mes que incluía el Parque Nacional Yellowstone, Alaska, las Montañas Rocallosas desde Banf hasta Jasper y Vancouver.
Me llevó horas de charlas para convencer a mi señora, y pude interesar a una pareja de amigos que decidieron ir.

 

El recorrido

El vuelo entre Seattle y Anchorage es de 3 horas y media con rumbo norte, salimos a las 21 hs y a medida que pasaban los minutos el día se hacía más largo. Cuanto más al norte, anochece más tarde.
Dos días en Anchorage, dos de viaje al Parque Nacional Denali, dos en Homer y dos en Seward, nos permitieron tener una rápida imagen de lo que es Alaska.
Un territorio de días muy largos y noches muy cortas, con mucha naturaleza. En las rutas, encontramos en varias ocasiones osos, lobos, alces americanos, renos y carneros.

 

Anchorage

Anchorage es una ciudad muy agradable, moderna, muy abierta aunque pequeña, con poca gente, muchos comercios con artículos regionales y comida bien americana, se nota que estás en un lugar diferente.

Cabañas Los Nogales
Cabañas Los Nogales

 

Volando sobre el Mc Kinley

Al tercer día salimos para Denali en un auto alquilado, en el camino encontramos el desvío hacia Talkeetna, un pueblo de la época de los pioneros, de menos de 1000 habitantes, con una sola calle comercial muy vistosa y de pocas cuadras de largo que termina en el Río Susitna.
En una de sus tiendas, nos ofrecieron lo que sería “la frutilla del postre”, un viaje en avioneta sobre la Cordillera de Alaska para volar alrededor de Monte Denali o McKinley de 6190 m, que tiene salidas cada media hora y un costo de 250 dólares por pasajero.
Al rato volábamos hacia las montañas y después de esquivar varios picos, descendimos en un glaciar de nieve, algo impensado, no organizado, maravilloso, un recuerdo de lujo para nosotros.
Esa noche dormimos en el Denali Princess Wilderness Lodge, que utiliza la naviera para los pasajeros de sus excursiones, un hermoso hotel de montaña muy grande y con muy buen servicio. Al día siguiente visitamos el Parque Nacional Denali admirando sus montañas nevadas.

K2 Aviation
Monte Mc Kinley
Cordillera de Alaska

 

Homer

A la vuelta pasamos por Anchorage para ir a Homer, un pueblo de pescadores ubicado a orillas de la Bahía de Kachemak, dentro de la Península de Kenai, es muy tranquilo y pintoresco, desde donde salen muchas excursiones de pesca o de paseo.
Paseando con el auto en las afueras del pueblo vimos un oso negro, un alce y un faisán en libertad cerca de las casas, también encontramos un hombre de a caballo vestido al estilo del farwest, con un revolver Colt en su cintura, que nos contó que lo llevaba por los osos.

Homer, Alaska
Homer, Alaska
Homer, Alaska

 

Seward, en busca del Halibut

Dos días después llegamos a la ciudad de Seward, que tiene un puerto muy importante, para náutica particular, comercio y cruceros, punto de salida al Océano Pacífico para excursiones de pesca.
Por fin llegó mi “día especial”, tenía contratado un lugar en un yate de pesca para todo el día, internándonos en el Pacífico a buscar los famosos Halibuts.
Pude cumplir mi sueño, pesqué varios pichones, los más pequeños pesan cerca de 10 kilos, todos con devolución, salvo uno de ellos que fileteamos para comer, para lo cual tenía contratado un restaurante en el down town que nos cocinarían mi pesca.

Seward, Alaska
Seward, Alaska

Aunque este es de utilería, solo para la foto en el puerto de Homer, se puede ver el tamaño real de un Halibut

Halibut

Para las 19 hs estábamos comenzando la cena que recuerdo con más cariño, comiendo el mejor de los pescados, en lo que fue para mí ese día, el mejor lugar del mundo.
Al otro día, partimos en un crucero hacia Vancouver, pero esa historia es para contarla otro día.

Eduardo Rizzo