Bienvenidos a los Pueblos Bávaros!!!

En este segunda parte de nuestra escala en Munich, les voy a contar nuestra actividad en el segundo día en la ciudad. Un viaje genial hasta el pie de los Alpes, para visitar el Castillo de Neuschwanstein y los pueblitos de Oberammergau y Mittenwald.

Pueden ver lo que hicimos en nuestro primer y tercer día en la capital bávara en Munich – Europa en invierno 2019

Como en cada relato de este viaje, pueden ver en Europa 2019- La planificación, el detalle de la organización con sus costos de transporte y alojamiento, y en Europa 2019 – Opiniones finales, el resumen del viaje con opiniones lo más objetivas posibles de líneas aéreas, trenes, buses, alojamientos, clima en el invierno europeo, alquiler de autos, etc.

También les dejo mi Guía Diaria de Munich que quizás les sirva para organizar su propio viaje!!!

 

Día 2 – Recorriendo Bavaria

Y llegó el día que esperé mucho tiempo, el que recé porque tuviéramos buen clima, el día que alquilamos un auto y fuimos hasta Fussen a ver el Castillo de Neuschwanstein y los pueblitos de Oberammergau y Mittenwald.

Realmente esta fue una visita de alto riesgo, no por los caminos, ni las montañas, ni la nieve, nada de eso. El riesgo era porque solo teníamos un día para esta excursión y una nevada inoportuna, un cierre de rutas o hasta una simple lluvia molesta nos hubiera complicado todo.
Busqué muchas maneras de visitar esta zona con más margen de seguridad. Por ejemplo, pensé en alquilar el auto en Viena, ir hasta Innsbruck y de ahí a Fussen, pero viajar de Innsbruck a Praga, (nuestro siguiente destino), era muy caro y eso sin contar el alquiler del auto, el combustible, alojamiento, etc.
También se me ocurrió alquilar dos días auto en Munich y usarlo para ir a Dachau, pasar por el Allianz Arena y el Museo BMW, pero lo descarté porque el día extra de alquiler, más la noche de estacionamiento, más el combustible, era demasiado costo.
Lo resumo, pensé muchas variantes y al final nos arriesgamos a que el único día posible tengamos buen clima y por suerte no nos decepcionamos, como podrán ver en las imágenes 🙂

No me voy a extender en explicar como llegar, porque lo pueden ver en el mapa que está más abajo y en la Guía Diaria está la hoja de ruta completa. Solo quiero aclarar que además de ir en auto, se puede llegar en transporte público. A nosotros no nos convenía porque éramos muchos, queríamos ver distintos lugares y era más barato ir por nuestra cuenta.
El auto lo alquilamos en Sixt después de mucho mirar y buscar buenas opiniones, aunque no las encontré. Como expliqué en la Planificación, es bastante difícil alquilar un auto y más difícil que cumplan lo que prometen si hay algún problema.
Ya al principio tuvimos una muestra, porque aunque había reservado un auto para cinco intentaron darme un auto mini. Fui a reclamar y me lo cambiaron por una Ecosport, bastante más acorde. Ese fue el único inconveniente que tuvimos y por suerte lo resolvieron bien.

Bueno, ahora si llegamos al castillo. Para esto fuimos hasta Fussen, un pueblo al pie de los Alpes, dimos una pequeña vuelta, cruzamos el Río Lech y dejamos el auto en uno de los muchos estacionamientos que hay y que nos cobró €6.

Fussen
Fussen

El Castillo de Neuschwanstein está ubicado en la montaña y hay que subir un trecho bastante largo pero no muy cansador. Esto lo pueden hacer caminando o si no tienen mucha conciencia de protección de los animales, hay carruajes que los subirán, obviamente pagando.
Según la web oficial, solo se puede visitar el castillo con guía y horario. Pueden comprar los tickets en el Centro de Información Turística, frente a los estacionamientos, y se puede reservar hasta dos días antes por vía web, con un costo de €2,50 extra por ticket. Esto es conveniente sobre todo en temporada alta.
Los tickets cuestan €13 los adultos, hasta los 18 años €12 y menores gratis. Pueden también considerar una tarjeta que incluye los castillos de Neuschwanstein y de Hohenschwangau por €25 y €23.

El Castillo de Neuschwanstein, supuestamente inspirador del castillo de Disney, fue construido por Ludovico II, el Rey Loco, entre 1869 y 1884.
Por lo que leí de su historia, el rey no estaba tan loco y solo fue un complot para derrocarlo, en el que estuvo involucrado también su médico.

Neuschwanstein
Neuschwanstein
Neuschwanstein

Como ven, este castillo es bastante nuevo y según recomiendan los conocedores, es mejor para visitar el de Hohenschwangau, más antiguo y más real.
Nosotros no entramos a ninguno, aunque me hubiera gustado visitarlos, pero como queríamos recorrer otros pueblos tuvimos que elegir donde gastar nuestro acotado tiempo y preferimos los pueblos.

Hohenschwangau

Solo subimos hasta el patio de Neuschwanstein y la idea era ir hasta el Puente Marienbrucke a sacar la típica foto con el castillo y el valle de fondo, pero para nuestra desgracia, en invierno está cerrado y no lo sabía. Fallo en la planificación 🙁

Marienbrucke

La zona del castillo es hermosa. Nosotros la vimos cubierta de nieve y con un día increíble. Solo por eso vale la pena la visita.

Fussen

Después de este semiexitoso recorrido, salimos rumbo a Oberammergau, el pueblito de las casas pintadas.

Llegar desde Neuschwanstein hasta Oberammergau es un lindo paseo de unos 40 minutos. El pueblo es muy bonito y estuvimos recorriéndolo y almorzando en el Hotel Wolf, con comida regular y atención bastante mala. No lo recomiendo.
La principal atracción de Oberammergau, son las casas pintadas con historias religiosas y de cuentos, como Hansel y Gretel y Caperucita Roja. No hay mucho más, pero si andan por la zona les recomiendo visitarlo y callejear para encontrar y descubrir las historias que cuentan los frentes de las casas.

Oberammergau
Oberammergau
Oberammergau
Oberammergau

Desde aquí seguimos nuestro recorrido por los pueblitos bávaros y llegamos a Mittenwald, a solo 2 km de la frontera con Austria. El camino por un valle nevado, es increíble y el pueblo de ensueño.
Me encantó!!!
También tiene muchas casas pintadas, con las montañas de fondo y la nieve como marco inmejorable.

Mittenwald
Mittenwald
Mittenwald

El clima, como dije, nos acompañó en su mejor versión. Al punto de que en pleno invierno y al pie de los Alpes, caminábamos comiendo un helado. Realmente cuando viajamos tenemos casi siempre el clima de nuestro lado 🙂

Al atardecer y después de haber disfrutado del paseo, volvimos a Munich para devolver el auto, descansar y preparar el recorrido del último día.

Nos vemos en nuestra próxima escala!